TAN COSTOSO PARA LOS DOMINICANOS Y SIN LEY

La imágen que en los procesos eleccionarios proyecta Quisqueya, recorren incontables historias,la gente he sometida a confusiones indescriptibles.

El presupuesto de la nación Dominicana, propicia una actividad económica desigual, es decir,los últimos presupuestos elaborados en los doce años recién pasados, han sido un fallo de mal ejemplo para las generaciones de relevo.

Es que la administración del ex Presidente Fernández le dejó al continuísmo morado un escaso potencial económico.

La ley de partidos políticos, es una necesidad, si se estableciera, el dispendio en el que incurren los administradores de °la cosa pública°, se controlaría un poco.

Se hace urgente la LEY DE PARTIDOS,por razones múltiples y simples, el asistencialismo antojadizo, ha llevado casi al desfalco impune de las instituciones oficiales, creando deficiencias de gestión, porque, cambian sus funciones legales y normales, dedicandose a soportar económicamente a pre candidatos o candidatos agrupado,alineado o comprometido.

Si no se producen cambios significativos en la administración de los fondos públicos, con el establecimiento de regulaciones legales que norme o ponga en regla el proceder de los partidos políticos, ahora en que el bipartidismo ha alineado casi a todas las fuerzas polítcas minoritarias, incluyendo a los pequeños grupos de presión que restan en la República Dominicana.

Si no se trabaja por esa LEY, seguiremos enfrentando un costo impagable que se acreciente, como ha venido ocurriendo,tras cada proceso electoral. Y seguirá cayendo sobre los hombros de la gente trabajadora de la nación.

La forma en que, sin ley, los partidos de turno manejan nuestros recursos, no distribuye, ni conserva, no transfiere como debe hacerse, respetando a la democracia.

Las mayorías, que es casi siempre la perdedora, porque demás está repetir que los que suben a la silla del poder, desde hace tiempo es con un por ciento que no establece mayoría, si no una débil ganancia.

…Y quedan fuera, sí, me refiero a las mayorías de ciudadanos que preparados para ejercer una oportuna función,por el hecho de que no se alinearon con el que emcabezaba la alianza, quedan sin beneficios, y sin representación, y eso también hiere a la democracia verdadera.

¡Vaya tradición! El aporte público de los recursos a los partidos, es un indicador de cuán necesario es regular con eficacia a los mismos,sus funciones, sus militantes militares…Es poner el concepto, institucional, de frente a cada proceso, sin que se les antoje, a ciertas personas, como por ejemplo, Rosario el de la Junta,precisar, almohadones a su antojo y caprcho.

iEl aporte estatal a los partidos debe fijar mayor equidad y aplicación específica que despeje dudas, y no financie mayoritariamente a la doctrina «comesolista».

Es tarea de una Ley bién pensada, discutida y puesta en marcha,facilitar de forma clara y honrosa a las coalisiones partidarias. *** Mantener el favor de los votantes a cambio de «favores», vía grupos de interés y del propio Estado, que a todos corresponde, es una irregularidad indecorosa, y eso podría mejorar con el establecimiento de la LEY de partidos.

El gasto público, debía ser una inversión pública, pero ni es gasto ni es inversión más bien se parece al dispendio, el gasto tributario, no debe ser destinado a los grupos de presón, por eso de que:»le paga o le pega».

Es el reflejo de una gran debilidad democrática que sea así, es avergonzante , que sea así, y facilita que pésimas administraciones,y que partidos de acciones dudosas se mantengan en el poder a pesar de sus malas acciones, como para confirmar, entonces, que el poder aplasta.

Sonia Matos
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