Radhames Gomez Pepin

Radhames Gomez Pepin quiso ser periodista, y lo fue en sentido estricto. Cosida en sus publicaciones hemos podido entender su trayectoria por varias décadas haciendo coherentes, su pensar, su accionar y su decir.

En cada línea de ayer, y en su legado hoy,se percibe una libertad intrínseca única, en consonancia con su parecer, tejió su pensar de tal forma, que puso en riesgo la credibilidad de malas tintas.

Han pasado semanas desde ese pasado octubre de este 2015, tiempo en que Gomez Pepin ha sido llamado para redactar en otras nubes, y estará haciéndolo, pues demostró aquí que periodista quería ser y así hizo.

Un hombre que no traicionó su vocación ,porque desde que mi recuerdo tiene memoria estoy oyendo y leyendo redacciones periodistas con todo el protocolo que el periodismo requiere.

No deja de ser gratificante encontrarte con un texto en armonía perfecta con los actos cotidianos de quien lo escribe,eso sin duda roba atenciones y define la palabra prestigio.

Era dueño de un decir, constructiva mente crítico, comunicaba claramente.

Enseñaba escribiendo, no sólo en su oficina de periódicos, sino también en las aulas.

Era admirativo del talento,iba con facilidad de los hechos a los hechos razón por la que, a nuestro humilde entender,ganó el gran respeto a su palabra.

Si lo que decía, para uno era una verdad, y para otros falsedad, no parecía preocuparle, era sinceramente fiel a su parecer. Nadie pudo decir, que algún concepto suyo, defendía tal o cual postura por soborno o beneficio.

Mantuvo equilibrio en su carácter y responsabilidad en sus notas; por lo que el sector información de la República Dominicana ve apagar una luz que encendió buenamente, este hombre.

Radhames Gomez Pepin
Radhames Gomez Pepin fue epultado en el cementerio municipal de la 30 de Marzo.

Defendió desde siempre, lo que creyó justo o verdadero desde sus inicios en el oficio hasta el final de sus días, a eso se dedicó y en eso vivió.

Son bien aventuradas las generaciones que de sus consejos siguieron, sus postulados en el arte del buen decir, van colmados de rectitud y ejemplo.

Sonia Matos
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