Despedida a un grande: Kobe dice adiós NBA
Desde temprana edad inicia en los medios con participaciones en voz comercial de su natal Puerto Plata.
En prensa escrita destacó como reportera de investigación y columnista en rotativos decirculación nacional en República Dominicana.
Reportera y asistente de Editor en El Sol Latino, semanario de la ciudad de Filadelfia Pensilvania. Dado sus destacados logros y liderazgo dentro del medio periodistico en dicha ciudad, fue seleccionada por dos años consecutivos(2005 y 2006) como Personalidad del Año en Hispanic Choice Awards.
Su versatilidad y dinamismo como periodista especializada en deportes, se solidifica en Estados Unidos al crear su columna “ Rincón Latino”.
Ha sido comentarista invitada en la cadena en español de Los Filis, equipo profesional de beisbol de la ciudad del Amor fraterno.
Fue reconocida por la premiación Mundo Latino, como “Mejor reportera hispana” en el 2003. Realizó algunos programas especiales para la filial de Univision, en Filadelfia.
Es egresada del Instituto de Liderazgo Latino, en la primera promoción en el 2002.
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Remonto mis recuerdos a mediados de la década de los noventa. El draft de la NBA que se realiza en junio y que por hábito no me pierdo desde 1988,tuvo luces y sombras; los amantes del baloncesto observamos en la lotería un joven que fue directo de escuela secundaria al mejor baloncesto del mundo.
Para ser exacta, el espacio número 13, que para los cabalozos indica mala suerte, fue seleccionado por un equipo que en menos de 5 minutos decide negociar su pick con el legendario equipo Los Ángeles Lakers.
Ese movimiento daría un giro impredecible a una carrera repleta de éxitos, récords, mercadeo atractivo y sobre todo un jugador fino que aprendió la ruta de ganar «campeonatos».
El poco ruidoso cambio de equipo, inimaginable para los analistas, pero agresivo por la gerencia Lakers que anhelaban buscar y encontrar sangre nueva en la popular franquicia,tuvo los mejores aciertos y a nivel de negocio sigue disfrutando de cada jersey o mercancía que tuviera el número 8 y 24 respectivamente. Ambos números los usó Kobe y en su último partido como jugador activo, el tabloncillo así reflejaba entre otros detalles ese adiós del único equipo con quien vistió el uniforme en la mejor liga de baloncesto del mundo.
Dejando atrás su inmadurez y el precio de la fama que cobra cada segundo de vida pública que le toca disfrutar a un famoso, Kobe logró a pulso solidificar su carrera. Salvo algunos incidentes en el calor de partidos contra las pitadas de los árbitros y ese gesto aparentemente arrogante, pero en el fondo entendible de parte del súper estelar, hay que reconocer que las luces de Hollywood contribuían a alimentar esa leyenda del deporte.
Un incidente por lío de faldas que casi termina con su matrimonio, acontecido en una ciudad donde es común que meretrices se ganen su dinero en cualquier escenario, Kobe estuvo imputado en un juicio donde salió airoso. Aún se recuerda ese famoso veredicto y posterior «arreglo»de Kobe, quien habló todos los idiomas que domina para pedirle perdón a su joven y bella esposa.
La fama, tiene un precio que para los que no están preparados para bregar con ese mundo puede dañar y perjudicar el estrellato y aún las luces se apaguen, siempre hay un acucioso buscando de dónde sacar una noticia. De esto no escapa nadie que ahora hasta por una red social se «vigila» celosamente los pasos de ricos y famosos. Por aquello de que para los chismosos se vale todo.
NBA y Kobe en el mundo
La internacionalización de la NBA y el participar en el equipo Olímpico de baloncesto de USA puso a Kobe en el centro de atención de sus seguidores mundialmente. Ver en China, Europa y hasta América latina alguna aparición del apodado «La Manba» por sus letales tiros que frisaban al más caliente de sus oponentes logró ubicar un mercadeo agresivo en los tenis que promocionaba, ropas y hasta su estilo de corte de pelo. Su sonrisa cautivadora y pícara dejaba sin respiración a las damitas que hacían todo para llamar su atención. En fin, todo lo que la era de Kobe movía una cámara y despertaba una pluma para reseñar sus comparecencias públicas y aveces privadas serán recordadas con cariño y efusividad.
Ese famoso paseo a todas las instalaciones en las olimpiadas en Oriente, una de sus últimas comparecencias con el llamado «Dream Team USA» donde el hombre visitó desde la cafetería común de los deportistas, hasta en los salones de presentaciones y entretenimientos quedó grabada para la historia.
Comparaciones odiosas
A pesar de sus logros, la gloria que ganó Kobe para estar en la inmortalidad en un futuro cercano,no escapa de ser comparado por otros jugadores famosos e igual de talentosos como lo fue el gran jugador de Los Lakers.
Anoche en su despedida, justo en el Staples Center,lugar donde fue protagonista de alzar las copas de sus campeonatos como parte del equipo californiano, ya se había montado ese día con los resultados esperados. Los selfies, la compra masiva de mercancías alusivas al jugador leyenda del momento y para variar el «Día de Kobe» ha sido épico.
Con una despedida oportuna por lo rezagado que su cuerpo se sentía tras 20 temporadas en la liga, no escapa las comparaciones, que están demás decir que son odiosas. Comentarios como «Jordán se despidió con X cantidad de puntos» » Ojalá decida quedarse una temporada más» fueron expresiones que coparon las 20 primeras horas del día.
Siendo justos, los que ejercemos este oficio debemos tomar la moraleja y aprender que los ciclos se cierran, pero las hazañas quedan para siempre. Cada futuro inmortal o buen Jugador dentro de la NBA en su momento ha sido estelar y el libro de récords personales se romperá algún día.
En lo personal no soy admiradora de Kobe, pero le agradezco ese giro que le dio a la NBA, dentro de su generación es un ícono y los cambios que han surgido en la liga el tiene una cuota de responsabilidad. Le agradezco inclusive que hay un antes y un después de Kobe, sin comparaciones y siendo justos se ganó su categoría y hay que expresarlo con toda la humildad y los adornos que alguien desee manifestar para también dejar legados escritos de las historias y reseñas que en algún momento hemos hecho sobre Kobe.
Gracias Kobe, ¡Hasta la próxima entrega, dilectos lectores!