Racismo en USA
Desde temprana edad inicia en los medios con participaciones en voz comercial de su natal Puerto Plata.
En prensa escrita destacó como reportera de investigación y columnista en rotativos decirculación nacional en República Dominicana.
Reportera y asistente de Editor en El Sol Latino, semanario de la ciudad de Filadelfia Pensilvania. Dado sus destacados logros y liderazgo dentro del medio periodistico en dicha ciudad, fue seleccionada por dos años consecutivos(2005 y 2006) como Personalidad del Año en Hispanic Choice Awards.
Su versatilidad y dinamismo como periodista especializada en deportes, se solidifica en Estados Unidos al crear su columna “ Rincón Latino”.
Ha sido comentarista invitada en la cadena en español de Los Filis, equipo profesional de beisbol de la ciudad del Amor fraterno.
Fue reconocida por la premiación Mundo Latino, como “Mejor reportera hispana” en el 2003. Realizó algunos programas especiales para la filial de Univision, en Filadelfia.
Es egresada del Instituto de Liderazgo Latino, en la primera promoción en el 2002.
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El tema de inmigración está salpicando a Estados Unidos en unas dimensiones que trascienden todas las fronteras.
Dos casos recientes que han acontecido a menos de un mes de diferencia cada uno, salpica la clase artística de esta nación. El hecho que Sebastian de la Cruz nacido en Texas interpretara las notas del Himno Nacional de USA en un partido de la serie final de la NBA y el salsero boricua nacido en Nueva York Marc Anthony en el Juego de Estrellas de Grandes Ligas, donde interpretó God Bless America, que es tradición en los partidos de béisbol; hayan sido tildados de “mojados” es una verguenza para la desinformada clase periodística. Varios comunicadores norteamericanos hicieron eco a los capciosos mensajes de redes sociales sobre estos dos norteamericanos.
De Anthony, uno de los artistas latinoamericanos más cotizados de la industria musical, la regaron hasta la sopa al tildarlo como ciudadano de México. En una entrevista en televisión, el boricua le dió una “galleta sin mano” a la periodista que lo entrevistó al día siguiente del evento. “Nací en New York, soy hijo de Puertorriqueños. Para los desinformados Puerto Rico es un estado de USA” dijo de manera elegante Anthony. Aunque Puerto Rico no tiene un status definido, porque USA siempre “utiliza” a su conveniencia territorios ajenos hay que destacar que los boricuas son considerados ciudadanos norteamericanos.
Ser mexicano, es una honra, porque ese país ha aportado a la economía norteamericana dividendos que ni sus propias minorías han logrado. El ciudadano mejicano que reside en Estados Unidos está siendo tratado como esclavo, y son inclusive llamados personas de quinta categoría.
No es verdad que si en México existiera un presidente que se respete permitiera que sus conciudadanos sean barridos como lo hacen a diario los norteamericanos. Han sacado desde video-juegos matando a inmigrantes y hasta tildan de “mojados” a personas que pagan impuestos, mantienen viva la economía alicaída de esta nación y lo más importante le han servido en las filas del ejército norteamericano.
En el caso de Anthony, que no es cualquier boricua, porque es un exitoso productor musical, intérprete de una de las mejores voces del género salsa y que se ha codeado con la crema política en eventos de recaudación para distintas causas justo en esta nación; es merecedor de respeto.
¿No que USA es un país democrático?, En qué categoría entonces está la equidad, el respeto a la constitución, el fiel cumplimiento de los derechos humanos, etc.
El niño Sebastian de La Cruz, conocido como “Charro de Oro” y que ha participado en programas de la talla de America’s Got Talent, estuvo vestido con el traje típico de México, lo que enaltece el orígen de sus padres que son de orígen mejicano.
El actual presidente norteamericano que es hijo de padres norteamericana y africano, respectivamente, debe decretar que se sancione a los comunicadores que se presten a seguirles el juego a los racistas que escriben en redes sociales.
Inclusive, voy más lejos, que cancelen las cuentas a los indeseables racistas que pretenden traer de nuevo prácticas eliminadas como la segregación a través de sus cuentas de twiter, que es la manera más utilizada por gente sin oficio, que parece le entretiene que publiquen sus nombres en los tres minutos de fama que logran en sus ofensivos comentarios.
Si, no se pone el primer ejemplo ahora, lamentaremos en un futuro cercano las consecuencias del movimiento racista que crece de manera silente, pero que algunos comunicadores le siguen el juego.