Viviendo en el siglo XXI

Arelis Reynoso
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Desde mediados de los años 90’S se formó todo tipo de conjeturas sobre los desafíos del siglo XXI. Profecías anunciadas como las certeras para que la gente se preparara a recibir todo género de inventos científicos que habrían de sobrepasar toda expectativa acerca de ciencia, era cibernética y hasta nuevos oficios como por ejemplo los ultra famosos «life coach», eran parte por citar algunos de las novedades por venir.

Sin dudas los avances tecnológicos han facilitado la vida y es casi historia llegar a un consultorio, oficina o registrar un niño en la escuela, como tradicionalmente se hacía. En vez de pasar media hora con pluma en mano y una veintena de papeles, un simple clic en una tableta es suficiente para informarnos lo que se requiere, de acuerdo al trámite.
Inclusive, oficinas médicas han creado sistemas donde hasta las citas medicas se pueden solicitar online.

LOS «SMART PHONES» HAN RADICALMENTE CAMBIADO LAS RELACIONES SOCIALES Y EL MODO EN QUE HACEMOS LAS COSAS

La gente ha dejado de tener agendas manuales y todo se archiva en un teléfono móvil. Marcar un número telefónico de memoria es cosa del siglo pasado, con la modernidad de que todo queda grabado basta con hacer un clic en los contactos y con mensaje de texto o mensajería selectiva se pregunta algo.

Hablar por teléfono ya ha quedado relegado a un segundo plano, al punto que las familias en una misma casa se «ubica» entre sí con una nota de voz.

En lo relativo a la crianza «moderna» un infante es tranquilizado con una tableta y en ocasiones observo que se hace cada vez más frecuente, el peligroso hábito de complacer a las criaturas en ponerles hasta caricaturas en los móviles de los padres.

Se vale el libre albedrío para elegir un estilo de vida y poner en práctica los consejos de los ahora expertos en planificar una vida «exitosa» al extremo que la gente no hace nada sin consultarle al coach de vida. Lo que no se puede permitir es que vivamos en el tiempo de otra persona y que  nuestro espacio sea limitado a lo que nos conviene hacer si queremos evitar un fracaso.

Se vale cometer errores, romper relaciones tóxicas, retirarle el saludo a alguien y no pasa nada. La vida por más que se quiera aparentar sea perfecta nunca lo ha sido.

Se ha perdido el contacto del individuo con la naturaleza

La esencia del ser humano es la sobrevivencia, ejemplo el hombre primitivo necesitaba salir a pescar para poder comer y cultivar sus rubros y frutas actualmente muy pocos lo hacen ni siquiera por diversión.

No se puede vivir tan reprimido y andar como robots mal programados. Por ejemplo he sido víctima de gente que por ir en el teléfono casi me choca en el vehículo, una sonrisa en un lugar cualquiera a una persona es escasa verla, ni hablar de gestos de cortesía. Un saludo es una especie de insulto, porque la gente ya no reacciona y un buenos días, es como si fuese dicho en un idioma extraño.

Las librerías tradicionales están siendo limitadas a una en vez de diez. La lectura es ahora mediante una tableta u ordenador. Las peñas literarias que tan divertidas e interesantes copaban famosas tertulias, han ido pasando al olvido.

Escribir postales de felicitación, pésame o simplemente enviar una tarjeta de salutación a una persona, está cerrando el ciclo. Las mensajerías instantáneas mandan hasta chistes y globos alegóricos a felicitar y con un icono de una cara te responden un mensaje.

La ausencia de educación es otro factor que se manifiesta viviendo en este nuevo siglo. Gente que te invita a pasar un rato en su casa, te recibe con una seña de que está mandando una nota de voz y durante un buen tiempo tiene que escuchar lo que le responden.

Me remonto en las caricaturas de «Ricky Ricon, el pobre niño rico» cuyos padres tenían institutrices asignadas para que complacieran al infante en todo, cuidando que el consentido niño no podía ensuciar su ropa cuando estuviese en el parque, ni hablar con otras niños si no eran de su mismo nivel social y otras sátiras que hoy en este siglo son reflejadas en el diario vivir de muchos «Influencers».

Comprar online, anotar el código del boleto de avión que en vez del nombre digitado en una computadora, ha suplido  la agente de la línea aérea y tener una llave codificada para entrar a un empleo es la novedad del nuevo siglo.

Hasta las fiestas de estos tiempos son condicionadas porque te ponen el tiempo de duración. Hay niños que cuando están comiendo el refrigerio, le sueltan el pedazo de bizcocho y tienen que «apurarse» porque la fiesta tiene que hacerse en el tiempo que se ha rentado la sala.

En un concierto, visita a un centro comercial y entrada a un cine ya requiere de una rutina preventiva. Los constantes ataques con armas de fuego o armas blancas de desaprensivos, mantiene en vilo este mundo.

Ir de vacaciones, dependiendo el lugar es otro reto, células terroristas aprovechan multitudes para atacar gente inocente que salió de sus hogares y jamás regresan porque pierden la vida donde menos hubiesen imaginado.

Profesionales de la conducta humana, son cada vez más necesarios en las sociedades. La salud mental, se ha convertido en una prioridad que todos debemos atender.

Gente que luce afable, sin sombras en su pasado ni récord criminal, de repente se les entra un demonio y dispara a mansalva y mata personas. Algunos optan por suicidarse, pero otros como el sanguinario empleado de una empresa de mensajería en la ciudadanos de Oklahoma, en Estados Unidos, que arremetió contra infantes que estaban en una guardería, puso explosivos en el edificio  que cegaron la vida de niños inocentes y todo el personal. El asesino, fue condenado a la pena de muerte, quedando con esa medida de quitarle la vida, en el aire si el tipo estaba conectado con alguna célula terrorista. Muchas interrogantes, me vienen a la mente ahora que se ha vuelto tan recurrente esos ataques, que han ocurrido inclusive hasta en iglesias.

TIROTEO LAS VEGAS
La tragedia, que  acaba de ocurrir en la ciudad de Las Vegas, estado de Nevada en Estados Unidos ha destapado de nuevo la urgencia de que haya una legislación que regule la compra de armas.

No es posible que una sola persona tenga en su poder más de dos armas de fuego y lo que es peor, municiones que se supone deben venderse a institutos castrenses y militares.
Vivir en este nuevo siglo con solo 17 años para completar los 100, nos está restando demasiado y veo poca gente aplicando los nuevos conocimientos que están limitados a un grupo muy reducido de gente que se encarga de vender sus productos y el poder adquisitivo es cada día más abundante.

Amigo lector, edúcate y procura ser parte de un mejor mundo para tu familia. Uniendo esfuerzos se logran grandes cosas.

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