HUELLAS QUE SON PASOS, NELSON MANDELA

De mis lágrimas pendientes, unas muy hondas,se desprenden hoy fecha en que se cumple justamente el número 20, indicador de los años en que Nelson Mandela recibiera el más acertado e inequívoco de todos los premios Nobel de la paz entregados. Como abeja libando el néctar de una flor, Mandela libró a su encierro inentendible y caminó con firmeza rumbo a la paz, resuelto,con más fuerzas que la que se impone en el istmo de Suez, que une al Continente Africano con el Euroasiático.

Los extensos bosques tropicales del Congo, ni sus sabanas de altas hierbas, o sus higueras, palmeras, y olivos, junto al famoso león, la esbelta girafa, la pisada de su búfalo, ni el peso de sus elefantes, han sido suficientes para demostrarle al mundo, que es mejor todos juntos, que apartados, el uno de los otros.

Un ser condenado a vivir para siempre, a tan temprana edad en tal vez,el más afrentoso de los encierros, y que veinte y cinco años después, se crearan las perspectivas insospechadas en el mundo económico,histórico y político, que sólo Nelson Mandela pudiera diseñar ,en una África del Sur,revuelta y brutal herida y ofendida entre sí.

La presencia eficaz de Mandela, venciendo credos y razas en la vida política de su pueblo, ha sido una clara señal de que los seres humanos sí pueden limar sus asperezas sin que sea necesario golpearse la propia dignidad.

En el recuento de los daños, su renuncia al poder, fruto de la voluntad popular, colocan a Nelson Mandela al márgen de toda codicia, sólo en la grandeza, una persona elegído en las condiciones de popularidad en que fue él ,puede verse una actitud como ésa.

Como en la obra: A buen hambre no hay pan duro; inspirada en algún episodio de la vida de Cervantes MADIBA, venció un conflicto que podría terminar en un ciclo indefinido de violencia entre sus ciudadanos su espíritu conservador y pacifista, fue la diferencia.

Abrir las puertas de la solidarida y la amistad sinceras ha sido la acción redentora para Africa del Sur,un padre generoso, revestido de amor es Madiba.

Pudo romper los rayos paralelos que producían la miopía de los que creían que apartarse, o separarse o dividirse además de odiarse era mejor.

Minorar diferencias profundas dentro de la propia diversidad tal cual Mandela enséñó, es sin dudas el paso a seguir, o de nada sirve resaltar con palabras su heroísmo y admiración.

Una lumbrera inapagable, invencible, cuyas ascuas no pueden jamás segadas ser, ni por el más fuerte de los torrentes acuáticos y que tuvimos casi un siglo a nuestro favor.

Tuvo que ser DIOS, quien le llamara por necesitar de tan sólida compañia. Aún así, es la historia que se contará por siempre si de dignidad necesita ra reseñar.xxx Reina en paz NELSON MANDELA.

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