Más de once millones de documentos sacados a la luz por parte de un grupo de periodistas especializados en investigaciones, han estremecido el globo terráqueo.
El reto es determinar las diferencias entre delitos u omisión del deber que tiene un inversionista en declarar y pagar sus impuestos.
El lío se ha desatado porque hay quienes invierten en negocios fuera de sus países y aparentemente en su mayoría los nombres mencionados no pagaron los impuestos que sus países exigen. El fisco de los más de 20 países que son considerados «paraísos fiscales» no tienen que preocuparse si es dinero limpio. De ser blanqueo de capitales si hay problemas y multas que tienen que pagar ambas partes. Los que han montado una empresa y residen en Perú, por ejemplo, deben empezar a buscar sus abogados y ponerse al día declarando sus transacciones en el extranjero.
No es pecado tener inversiones en islas del Caribe, países europeos y bancos diseminados en Latinoamérica que aceptan con gusto capitales extranjeros. La oficina Mossack-Fonseca con sede en Panamá, es la señalada como la que ha configurado un sin número de empresas o compañía por acciones que ha «ayudado» a los personajes millonarios que les hiciera ocultar en sus países las cantidades reales de sus fortunas.
Una precisión que debe hacerse de manera individual por países señalados en los Papeles de Panamá. Sobre todo los que tienen argumentos, pruebas y juicios en proceso de personalidades que hoy salen formalmente en el mayor trabajo de investigación de esa coalición de prensa, que trabajó por varios meses en el «salpicón» de informaciones que han quitado el sueño a muchos políticos, artistas, profesionales de diversas áreas y hasta presidentes en funciones.
La corrupción, es un cáncer que no tiene cura. Hay países que tienen niveles de impunidad en más de un 95 por ciento, que es una situación grave. Las políticas públicas son nulas a la hora de aplicarlas.
Brasil, es el caso más reciente en lo relativo a la corrupción. No se ha determinado si hay capitales de ciudadanos brasileños en el listado de los paraísos fiscales, pero sin estudios ni investigación la petrolera más importante del país suramericano quedó atrapado en una madeja que enloda varias figuras consideradas respetables.
México, es otro país latinoamericano cuyo gobierno actual arrastra una cadena de acusaciones de corrupción y la presidencia trata de obviar con un silencio fatídico garrafales actos de corrupción, que han sido reseñados con pruebas por parte prestigiosos medios y valientes periodistas que firman los trabajos de investigación que han hecho.
Ha causado suspicacias, la ligera y pronta «indignación» de la autodefensa de Vladimir Putin, actual presidente de Rusia. Putin, ha negado que estuviera evadiendo impuestos. Se olvida que ya la Perestroika, no existe y que el hecho que su nombre figure en el listón de evasores, no es un caso que le quieren armar. No es lo mismo Censurar un trabajo de investigación periodística o acusar a la oposición de querer atacar al presidente de turno. Es la pura y simple realidad, sacar sus capitales de Rusia e invertir en países donde no importa el origen del dinero, más bien se trata de captar «clientes».
Es concluyente, que no hay vuelta atrás, fue pillado en su trampa y se le cae la verdadera cara al que se cree todopoderoso en la ex Union de república socialistas sovieticas.
Justo el 5 de abril se celebra el Día del periodista, el cuarto poder de un Estado, que a pesar de ataques, asesinatos y limitaciones para ejercer esta profesión en el globo terráqueo; es un ejercicio que apasiona y es de las pocas profesiones donde se señala un ex periodista. Trabajar en el marco de la verdad y ver resultados a las investigaciones de manera favorable a las causas denunciadas, es el mejor premio que se pueda lograr.
Una vez más se cumple el postulado bíblico que reseña:»No hay nada oculto que no llegue a descubrirse».
Sin ánimo de hacer un cliché porque el oficio de periodista nunca busca protagonismo, me entusiasma ver esa coalición conjunta de profesionales que han hecho con responsabilidad un trabajo sin desperdicios que ha impactado toda la opinión mundial. ¡Salve periodistas, buen ejercicio!