¿ADÓNDE IREMOS A PARAR?

.¿Será el mismo de aqui, el reconocido de la Universidad de Paris?,  ¿Uno que donó a la República Dominicana un déficit de poco más de doscientos mil millones de pesos?..
 Cifra a la que pocos dominicanos somos capaces de llegar a contar porque equivale a 35 mil millones de dólares?
¿Si hemos crecido como economía, por qué la tasa de desempleo alcanza el 15 por %, y  por qué crece el renglón de economia informal?.
¿Por qué sigue aumentando el indicativo promedio de la pobreza en la República Dominicana?
Hay razones, no contamos con documentación precisa de las actividades financieras, realizar un buen informe que retrate las acciones correctas, o no, de los funcionarios y ministerios estatales es una utopía, ésto así por el irrespeto a las leyes domésticas.
Parece que los salarios que pagamos los dominicanos para que hagan las leyes, y para que las hagan cumplir, no funciona, encargados departamentales, piensan que lo hacemos para verlos  vivir cómodos o de adulones de sus jefes.
Que los documentos oficiales de un estado sean depositados en cajones de cartón, o bolsas de plásticos en las oficinas gubernamentales es más que un descuido,en caso de que no encierre algún trasfondo de opacidad y corrupción.
¿Adónde ha ido la modernización del Estado, tantas veces cacareado por el ex Presidente Fernández?, ¿Y del sistema de actividades financieras.. qué?
En el caso de los ayuntamientos en la República Dominicana, la famosa Cámara de Cuentas, organismo cuya misión es velar mediante sus auditorías por el manejo de los fondos públicos unicamente actúa, si un organismo es sujeto de alguna denuncia.
La administración presente tiene el reto de organizar sus cuentas,si precisa en algún momento, dar cuentas claras que que revele la historia de su paso por la administración presente.
Es de órden legal rendir informes en abril de cada año, el altar de las creencias, los testimonios llevados al mundo, deben ser creíbles para así no postrar a las generaciones venideras frente a la oscuridad y confusión a que conduce la mentira.
Sonia Matos
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