El futuro de los diarios
Desde temprana edad inicia en los medios con participaciones en voz comercial de su natal Puerto Plata.
En prensa escrita destacó como reportera de investigación y columnista en rotativos decirculación nacional en República Dominicana.
Reportera y asistente de Editor en El Sol Latino, semanario de la ciudad de Filadelfia Pensilvania. Dado sus destacados logros y liderazgo dentro del medio periodistico en dicha ciudad, fue seleccionada por dos años consecutivos(2005 y 2006) como Personalidad del Año en Hispanic Choice Awards.
Su versatilidad y dinamismo como periodista especializada en deportes, se solidifica en Estados Unidos al crear su columna “ Rincón Latino”.
Ha sido comentarista invitada en la cadena en español de Los Filis, equipo profesional de beisbol de la ciudad del Amor fraterno.
Fue reconocida por la premiación Mundo Latino, como “Mejor reportera hispana” en el 2003. Realizó algunos programas especiales para la filial de Univision, en Filadelfia.
Es egresada del Instituto de Liderazgo Latino, en la primera promoción en el 2002.
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La tecnología, ha sido una formidable herramienta para facilitar la comunicación desde el pasado siglo.
Atrás quedaron los telegramas, cartas manuscritas y ni qué hablar de enviar postales para felicitaciones o simples saludos que comúnmente se acostumbraba.
El siglo XXI sigue poniendo en riesgo de inversión de los dueños de medios escritos, de comprar un periódico o esperar el pregonero que llevarán a «domicilio» los ejemplares del día a una vecindad. Hace poco menos de cinco años ha mermado las tiradas diarias de los periódicos y los despidos de personal, reducción de contenidos y hasta la mística que destacaba un diario ha desaparecido prácticamente del mapa.
Los medios escritos, tienen paralelo a su edición física una versión digital. Así de simple, portada, contraportada y los titulares que deben ir en «caliente» las plataformas de redes sociales se han encargado que lleguen tan fríos como un invierno en Alaska.
Muestras simples como un fallido golpe de estado en cualquier nación por más lejana que sea y sin barreras porque entre continentes se han conformado una serie de asociaciones que han acercado en solo segundos redes de comunicación.
Un reciente ejemplo es el caso de un golpe de estado, que alegadamente y según el presidente de Turquía, aconteció en su ausencia.
La noticia se divulgó en Twitter y él escándalo enseguida llegó primero que el presidente Erdogan, que raudo y veloz llegó a su país sin dificultad por avión. Su aterrizaje trajo consigo un sinnúmero de alegatos, que aún mantienen encarcelados a miles de ciudadanos civiles y militares. Curiosamente, Erdogan mandó a encerrar periodistas que comentaron lo acontecido y ese proceder según, el autoritario presidente es una falta grave.
En Europa, los diarios tradicionales, han emergido con los nuevos tiempos y desde la comodidad de una computadora y hasta de un teléfono celular se pueden leer los titulares del acontecer que afecta la vida de millones de personas en el viejo continente.
La complicada tarea de montar en América centros de distribución y las ediciones de los diarios, han caído en un nivel muy bajo.
En Latinoamérica, la historia reciente nos está poniendo a mirar con tristeza que los colegas que arriesgan sus vidas para informar con objetividad y seriedad sus noticias,están perdiendo la vida. Por ejemplo en México, ser periodista en algunas ciudades aztecas ha sido una constante tortura para colegas que a pesar de denunciar amenazas y pedir protección han sido vilmente asesinados.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP, por sus siglas en inglés) ha hecho sus esfuerzos, pero es evidente que tienen que hacer más por impedir que se pierda una vida de un obrero del periodismo.
Esta profesión, llevada con las éticas y protocolos establecidos no hace rico a nadie. Inclusive, los viejos Robles del periodismo, mueren sin haber logrado inclusive tener una vivienda propia.
Es precisamente por esa razón, que está claro que la prensa escrita no desaparecerá, pero el mundo cibernético tiene una manera fácil y económica de hacer que la información llegue rápida y bien elaborada. Igualito que hace varias décadas, cuando los periódicos, semanarios y hasta suplementos eran la base de colectar dinero por conceptos de pagos de publicidad de las páginas; desde donde salía un gran porcentaje para pagar nómina.
Recuerdo con nostalgia que en mi época de estudiante en mi natal República Dominicana, hacer pasantía en un periódico era una experiencia inolvidable. El solo hecho de cubrir eventos de relevancia y desarrollar destrezas para reportajes, crónicas o simplemente una columna de opinión era como ganarse un premio.
Hoy, con las limitaciones que tenemos los que hemos abrazado esta carrera como un verdadero oficio, teniendo en cuenta la autenticidad de nuestras fuentes y logrando impactar una sociedad con un escrito se va quedando rezagado.
Un palo periodístico, primicia o exclusiva que es la base de una portada, se mata «en segundos» con decenas de tuits de cualquier persona que tenga acceso a una noticia y pueda utilizar su plataforma de comunicación por esa popular vía. Un día después del suceso o noticia los directores y jefes de redacción tienen que hacer magias para lograr que haya una portada que llame la atención del lector.
Y, es que la novedad de una noticia será siempre el:»Qué, Cuándo, Cómo y Dónde «está claro, no hay fórmulas para redactar una información. El cuerpo de una noticia serán siempre esas cuatro partes.
Por más sagaz que sea el reportero y las habilidades del fotógrafo que es también clave para que con una buena fotografía adorne ese desglose informativo, las interrogantes han de ir en ese orden cronológico para informar de manera clara y que se entienda.
Mientras pasamos páginas en diarios de papel y tenemos que correr a lavarnos las manos por las manchas de la tinta, el mundo sigue su curso y las nuevas generaciones nos dirán que cómo «perdíamos el tiempo guardando recortes de periódicos y amontonando papeles».