Epidemia: Adolescentes embarazadas

Arelis Reynoso
Sigueme
Últimas entradas de Arelis Reynoso (ver todo)

América latina tiene otra epidemia que cunde cada rincón de comunidades y pueblos, el embarazo de niñas entre los once a quince años.

La poca o ninguna información de los cuidados que debe tener en su cuerpo una vez empiece a menstruar es la causa principal de esos embarazos que a esa edad son un riesgo para la salud de las niñas.

Según estadísticas que han sido publicadas por diversas organizaciones, las niñas son en la mayoría de los casos violadas por algún familiar cercano o un adulto que goza de la confianza en el entorno familiar de las menores.

Este delicado tema que por la envergadura de esa realidad no se toca en las escuelas, salvo escasas excepciones, amerita que todos los estudiantes de educación intermedia les sea incluida la asignatura de educación sexual.

Educar con el concepto básico de formar hombres y mujeres responsables implica incluir la sexualidad como un tema que despierte la atención en los alumnos y se añada en los currículos escolares. Una tarea que amerita el esfuerzo de toda la sociedad y que la información que les llegue a los niños, sea la apropiada. Un material ilustrado hecho por profesionales de la conducta y la ciencia, para que no se tome la asignatura con morbo, sino como un aspecto natural de la educación legítima que merecen nuestra niñez y adolescentes.

Estados Unidos, empezó a experimentar métodos tendientes a evitar que los adolescentes queden atrapados en la maternidad prematura. Hay unos muñecos programados para que los estudiantes se lleven a sus casas un fin de semana, el «recién  nacido» y desde antes de llegar a sus hogares los niños que llevan su misión de ser los niñeros y niñeras de los bebés de juguete, ya quieren devolverse a entregarlos.

Llantos, cambios de pañales, la insaciable hambre de una crianza, entre otros afanes que tiene un niño real es experimentada por ese bebé de juguete que tendrán que cuidar de viernes a lunes cuando lo regresen a la escuela.

Empezando por la responsabilidad que implica cuidar durante el día y la noche un recién nacido y el poco tiempo para jugar, visitar amigos o simplemente no dormir toda la noche es la «prueba de fuego» no sólo para las niñas, sino para los varones que también tienen que pasar su prueba. Desesperación, pereza y un mal humor extremo son las reacciones de los jóvenes que buscan el auxilio de sus padres que ya han sido avisados previamente de la programación de los «bebés».

Una técnica buena, pero insuficiente para lo que es la realidad. Usualmente, una niña que empieza a ver la transformación de su cuerpo, siente vergüenza y quiere disimular su cuerpo bajo ropa ancha.

No desea jugar con muñecas,  pero quiere maquillarse y empieza a copiar las conductas de sus hermanas mayores o de vecinas que les rodean. Todo es parte de las emociones encontradas que siente una niña en su etapa de convertirse en mujer.

Lejos de prevenir un embarazo en edad escolar, primero está el educar a nuestros niños. Hablar en la sobremesa temas de esta índole, se hace necesario. No excluir del tema a los varones, porque igual en la pubertad ya un hombre puede embarazar a una mujer.

Cuando hay disposición todo es posible, los papas en su rol de educar tienen que educarse primero, antes de abordar los temas que van a poner en discusión. No es lo mismo evadir su compromiso de asegurarse que sus hijos tienen conocimiento de los peligros de un embarazo a destiempo, a una vez ocurra pelear y castigar a la niña porque «dejó que la embarazaran».

Los tiempos actuales donde la información llega hasta las zonas más inhóspitas, ayudan a que campañas de información lleguen a todas partes y se frene esa epidemia que transforma no sólo la vida de la niña, sino que la familia completa se convierte en protagonista del indeseado embarazo.

Indicarles a las menores, que sus cuerpos no deben ser tocados por extraños es vital. Dado el incremento de hombres enfermos sexuales, que sienten  los bajos instintos  de tocar los senos y a cambio de un dulce o regalos que deslumbren su víctima llegar hasta penetrarles,hay que extremar las medidas de cuidados con las posibles víctimas de esos depredadores sexuales.

Una niña, lo que más necesita es vivir feliz, sin preocuparse por nada más que estudiar y cumplir con los oficios asignados en sus casas. En estos tiempos donde la violencia machista es también otra epidemia hay que despertar esa conciencia de esta generación.
Esa costumbre obsoleta de afanar porque si es un hombre, el mismo papa le busca una mujer que le haga vivir su primera experiencia sexual y si es niña la madre quiere estar segura de la preferencia sexual de su hija, debe terminar.

La vida se compone de enfrentar retos diarios, vivir en sociedad dificulta la sanidad en las mentes de nuestra niñez, que en vez de ser protegida es expuesta a enfrentar una cruda realidad cuando ni en centros escolares están seguras.

No hay que ser extremistas en la crianza de los hijos, pero en este caso hay que tratar de que los temas de sexualidad inicien desde temprana edad, buscando libros que les muestren al niño sus partes privadas y las de las hembras.

Un varón debe saber cómo está formado su cuerpo, la importancia de tener higiene y ver con normalidad una vulva sin que les cause morbo. Esto aplicable para las niñas también.

DeporVida.net está preparando un trabajo especial sobre ese triste tema de los embarazos en la adolescencia, que estaremos publicando en los próximos meses.

Comentarios

comentario