Una competencia que va de bar a bar

Jose Luis Perez

Beber alcohol y participar en una carrera no es lo más común del mundo.  Incluso va en contra de la práctica de disciplinas deportivas. Pero en Malasia una extraña carrera sólo se gana si tienes unos cuantos grados de alcohol en tu cuerpo, luego de haber hecho varias paradas para refrescarte con un trago de cerveza.

El Hashing o Hash House Harriers como se conoce a este tipo de competencia donde se combina correr con tomar alcohol, tiene su salida desde un bar y se tienen que correr entre 20 y 30 kilómetros hasta llegar a la meta, que es como se lo podrán imaginar otro bar. Gana el que llega prinero y que ha cumplido con todos los puntos de paradas indicadas, para garantizar su hidratación, si es que podemos decirle así, a tomar un trago de cerveza. El incentivo o premio final; un barril de cerveza bien frio, por supuesto.

Para muchos más que un deporte competitivo es una forma agradable para pasarla bien, e incluso aprovechar para beber. La carrera inicia cuando dos corredores denominados liebres, marcan previamente con harina, flechas, o cualquier cosa que sirva para reconocer el camino a seguir. Por su parte, los competidores denominados harriers tienen que buscar y reconocer las pistas reales de las falsas que los conduzcan por el camino correcto,  pasando por los obtáculos o puntos de encuentro donde deberán quedarse entre 5 y 10 minutos bebiendo, para luego llegar a la meta. El ganador suele brindar a los otros participantes así que todos ganan y socializan mientras  cantan Swing Low, Sweet Chariothimno oficial de los hashers.

El hashing, en su origen, tenía una estructura jerárquica muy precisa y una serie de rituales, pero hoy día cada Hush Run funciona a su manera. Las hay urbanas y fundamentalmente lúdicas y etílicas, mientras que otras se centran más en el aspecto deportivo, pero realmente es más un compartir agradable con los amigos y compañeros.

Como se podrán imaginar el origen de esta extraña carrera, que nació en Kuala Lumpur (Malasia), en 1938 tiene como protagonistas a ungrupo de expatriados y oficiales coloniales británicos capitaneados por A.E.I. Gispert (un hispano-británico), en un bar llamado The Selangor Club o Hash House, quienes decidieron pasar su resaca corriendo detrás de uno de sus compañeros que hizo de liebre marcando el camino. Quizás lo hicieron para pasar la resaca y mantenerse relativamente una buena forma, pero realmente como que lo hicieron para sequir bebiendo porque al final llegaron a otro bar, a seguir bebiendo. 

Durante la II Guerra Mundial, los japoneses se opusieron a su práctica y lo prohibieron. Sin embargo, en los años de la posguerra fue retomado, y en las décadas de los 70 y 80 se hizo muy popular en muchos países. Actualmente hay más de 1900 grupos de hashers por todo el mundo, y suponemos que tras leer esta nota de Deporvida. Aumentará su número significativamente ya que su lema es “Somos un grupo de borrachos con un problema deportivo serio” 

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