Venezuela en «Emergencia» #SOS

Arelis Reynoso
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El pueblo venezolano pasa por una crisis que amerita de inmediato una solución. La comunidad internacional, debe dar un paso al frente para que haya una salida que frene lo que luce como una «pereza» del presidente Nicolás Maduro, que no hace otra cosa más que ignorar la realidad que sus propios ciudadanos les están mostrando.

Lo que parecía una protesta de un día, misma que inició el día 4 de febrero, lleva un mensaje contundente a las políticas de Maduro: «Venezuela no aguanta más». Una protesta que iniciaron los estudiantes universitarios, se ha extendido a una especie de movimiento que lo encabeza el pueblo que sufre de la inseguridad ciudadana, la escasez de los productos de primera necesidad, entre otros problemas que mantienen dividido al pueblo. Diálogos, movilizaciones convocadas por el presidente de la República y hasta el envio del Canciller de Venezuela Elias Jaua a buscar una salida fuera de Venezuela para que retome la pacificación del pueblo es la aspiración del oficialismo.

 

Lo que no parece importarle al mandatario es que los pueblos democráticos no se pueden reprimir y con esa represión pretender callar las voces inconformes. ¿Cómo es posible que se trate de evitar que la gente exprese su sentir, cuando no se sienten a gusto? ¿Acaso la gente debe vivir aceptando que el país tome un rumbo de atraso? ¿Hasta cuando el gobierno quiere mantener sus pretensiones de imponer su voluntad tapando sus fallas? Estas y otras interrogantes me surgen ante lo que a leguas se aprecia como un país al borde de una guerra civil.

El hecho de que el presidente Maduro, califique de protestas «sin importancia» enfatizando que los medios internacionales quieren desestabilizar el país, cuando ningún medio incluyendo los venezolanos, puede instigar a nadie a hacer una campaña de descrédito; porque lo que esta viviendo Venezuela es un realidad que crece al paso de las horas. La emergencia en que se encuentra el país desde que iniciaron las protestas, es palpable en más de una docena de muertes, más de 250 heridos, apresamientos de ciudadanos que no pueden aguantar más y han tomado las calles para hacer un llamado al mundo de que necesitan ayuda. Nicolas Maduro, desde el mismo día que fue proclamado ganador de las elecciones el pasado 2013, supo que ese estrecho porcentaje de su victoria le iba a acarrear serios problemas para gobernar. A sabiendas de eso, no pensó en ejecutar una agenda que incluyera a todos los sectores de la población. El difunto presidente Hugo Chávez, tuvo el apoyo de los pobres del país y supo mantener a esa parte de la población «controlada». Ese apoyo se manifestó en las urnas, que eligió y reeligió a Chávez. Sus promesas de erradicar el analfabetismo, dar alimentos y atenciones de salud a esa masa que sentía que nadie los había tomado en cuenta fue la clave del éxito de su estilo populista de gobierno. Sin embargo, Maduro no ha calado en la población chavista dado su ausencia de liderazgo y carisma. Mas bien, Maduro es visto como el heredero de Chávez, porque así lo pidió antes de su muerte el líder de la «revolución bolivariana».

Mientras la gente protesta con pancartas, movilizaciones, toma de las calles para hacer valer sus voces de disgusto. El presidente no asume su rol. El control de las divisas, expropiación de empresas privadas, la inflación, entre otros problemas que se le ha ido de las manos a Maduro, es la realidad que aparentemente el quiere obviar.

Ese estado de disgusto en la población, es el diario vivir que enfrenta Maduro, mismo que lo puede hacer fracasar, porque la oposición y los funcionarios del gobierno se acusan unos a otros de ser los culpables del desorden que impera en Venezuela, pero no hay señales a la vista de un consenso o acuerdo entre las partes que ponga fin a ese peligroso panorama que ha llevado luto y dolor a cientos de familias.

Que lleguen soluciones pacíficas para Venezuela, un pueblo con tanta gente emprendedora y con espíritu de trabajo merece una mejor suerte!

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