Nanas Virtuales 

Arelis Reynoso
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Si usted dilecto lector, acaba de tener un hijo esta columna podría ser de gran ayuda para evitar contaminar a su recién nacido con una peligrosa moda. Resulta que la invención que algunos padres amantes de la tecnología es darle a sus infantes una tableta o teléfono celular para que exploren vídeos, juegos y hasta tutoriales de lo que según ellos es ideal para mantener entretenidos a sus hijos.

Lo que es tradición en las familias donde ambos cónyuges trabajan, y que por necesidad tienen que contratar una niñera que vele por el cuidado de su prole, está siendo peligrosamente ocupado por una “paralizadora” (iPads) que se les entregan para no escuchar ruidos, quejas o pedirles ir al parque a jugar.

Me refiero a la forma precoz e irresponsable de entregar los teléfonos móviles a sus hijos para que se entretengan mientras hacen algún oficio o acuden a algún lugar donde requieren una vigilancia con sus hijos. Hay algunos inclusive que se gastan un dineral en comprar una tableta para que se convierta en la niñera que piensan ya no necesita para que se encargue de cuidar como tiene que ser a un infante.

Abuso Infantil

Las tradicionales formas de medir el abuso infantil podrían desaparecer de categorías. Si, no se asombre, dotar de un aparato electrónico a una criatura sin que aún desarrolle de manera normal su edad cronológica es también en este siglo una forma de abuso.

Dar una palmadita o un regaño por hacer una escena de cólera, que es habitual en los niños conforme van creciendo es casi un método pasado a la historia. El quitarle la tableta a un niño porque llega la hora de comer, es como una especie de pecado. Hay padres que les dan sus “nanis” para que se entretengan aún comiendo.
Pasar horas forzando la vista, dejando inclusive de ir al baño a hacer sus necesidades fisiológicas y convertirse en antisociales porque no juegan con otros niños, sino que la tableta es lo único que necesitan para entretenerse es irresponsabilidad de ambos padres.

Este asunto va dentro de poco a convertirse en foco de atención de profesionales de la conducta, que habrán de tener sus oficinas llenas de pacientes adictos a la tecnología a destiempo.

Alerta sin Color

La crisis que observo está siendo recurrente en los círculos sociales, se ve por ejemplo en un salón de belleza, donde madres llegan con sus hijos y los sientan mientras se hacen su arreglo con plena tranquilidad. Les endosan a los niños una tableta y ellas se entran en sus redes sociales y ni se acuerdan que sus crianzas están enfrente de ellas. 

Hasta en las iglesias, ese  método de entregar la tableta y en ocasiones en medio del oficio religioso, el celebrante manda a apagar el aparato, porque es un menor que está manipulando un artículo que se supone no debe ser distracción para ese sublime momento. Aunque los niños lloren por un instante, no cuesta nada que uno de los padres vayan a calmarlos un rato fuera de la asamblea. Llevar un cuadernillo y lápices de colorear basta para ese tiempo necesario para dar mantenimiento al espíritu.

Entendible que con limite de tiempo por ejemplo 20 minutos para que pueda entretenerse una vez al día sería ideal para que los padres primerizos sepan que esas radiaciones que emanan los dispositivos electrónicos no son saludables y jamás deben ser la excusa para ahorrarse unos pesos contratando los servicios de una persona que se encargue de cuidar a sus hijos.

Hay modos de educar que se tienen que volver un acto creativo de los padres, por ejemplo en vez de llenar de juegos un espacio, bien podrían comprar juegos didácticos. El alfabeto y los números son ideales para iniciar en la casa esa educación inicial que incluya irlos enseñando antes de inscribirlos en el kinder.

Buscar programas especiales para niños donde haya educación y entretenimiento, no hay que dejar que vean sin límites la televisión. Las caricaturas por ejemplo a una hora del día determinado para eso, el programa que se ve en familia y que por lo regular los chicos se entretienen mirando los anuncios publicitarios.

Todo con limitaciones, no hay que exagerar dejando que sean los niños que pongan pautas y dominen a sus padres.

Advertencia

Warning

Llegar cansados del trabajo y tener que sentarse a bregar supervisando con la niñera lo que ha pasado durante el día es un deber. La responsabilidad de formar familia no es postear en redes sociales un anuncio de la preñez de la esposa, la decoración del baby shower, los artículos que adornaran la alcoba de la criatura, entre otras comunes situaciones que se dan con la tecnología.

Inclusive, estar mostrando una vez que nace la criatura sus poses durmiendo, durante el baño y otras rutinas, atenta con la seguridad de sus criaturas. Hay ojos que dañan hasta lo más sano que se desea compartir.

Retomar los álbumes con fotografías cada mes podría entretener a la pareja y en vez de grabar cada hazaña y ponerlas a correr en redes sociales, se les puede guardar en memorias para que una vez estén en edades de PRE adolescentes mostrar en familia lo que ha sido gracioso y memorable en la vida de sus hijos.

Nada tiene que malo que cada quien crié a su manera, pero moderar esas exposiciones  es saludable y mantienen algo privado. No todo se muestra, los niños tienen derechos y por su corta edad no pueden diferenciar lo que podría ser un peligro.

La tarea de educar es asunto del hogar, nadie puede enfocar su esperanza de enseñanza doméstica en una escuela. Los profesores y directores de escuelas no son niñeras a sueldo.

Un regaño a tiempo podría evitar que se desarrolle un monstruo con conductas destructivas que se van acumulando y luego no hay manera de devolver los años para retomar lo que se dejó de hacer.

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