Anthony Ríos

Veinte y tres títulos que son mis versículos (Capítulo ll)

Por Sonia Matos

¿.Quién es el hombre que está amando suficientes días para ver lo que es bueno?

El grito del pueblo dominicano, es como ese amor, amor amor.Amor de horas contadas que nos invita a

comprender más y amarse menos, por una sencilla razón,

yo te amo

como ayer, soy un

hombre libre, que puede construirte,

castillo de arena, vivir ahí; y

pudiera ser que

morir de amor, sea solo

imaginación .

Estoy ya decidido,

estoy a tu orden, y sería

fiel , de lo contrario sería una

fatalidad ; porque

una noche no es bastante y

y si quieres irte mátame.

que este absurdo otoño me ha

condenado a quererte ç

y nunca más

te vas a quedar sola

y no me dejarás

confundido…

Este hilván al azar, me quiere mostrar que el hombre que adorna el nombre de Anthony es un tesoro potente que sale de un pequeño pueblo y se universaliza con sus versos que son canciones y que no hay nada en el sentimiento humano, que su puño y su voz no hayan pensado y puesto al servicio de los más puros sentimientos.

Como clavado en mi vida, desde que te lo oí decir, llevo tu”l sonoris causa”, tiene que darse y me ofrezco de cómplice, te falta mucho en tu escribir,  en tu decir, me honra haber nacido, cerca de donde naciste tu espíritu independiente es absolutamente apreciable, mal haría un dominicano, sin distinción de sexo, casta o raza, si dejara de oírte, leerte, escucharte.

Una canción es más que una intención, es esa historia que contada en escasos minutos te hace enamorar, amargar, tomar decisiones, dar y robar un beso, o te provoque una llamada, todo eso y más , eres capaz de causar en seres vivientes.Tus canciones funcionan como un claroscuro, nos hacen asociar al sol, la mar, la tarde, la noche, nos penetra en la piel, en el espíritu, en el corazón, en el alma.

Invocas a Cristo en el calvario,a las veredas en carreteras y a las heridas de las cosas. 

Has trabajado en el arte, suavizando el dolor del adulterio en un “ alma ajena”, y sin embargo le das “ gracias a él, por haberle enseñado de la vida el lado amargo. No es para enanos mentales, pero si para románticos, bohemios, amantes de ese don de vida intensa.

Pudiera llenar las páginas de muchas horas hablando de lo que significa tu labor artística, y la simple profundidad de tus canciones en los diferentes géneros, bachata, merengue, baladas y salsas. Sin embargo, solo le pido a Dios que, como dice tu canción: No te vayas mi amor, quédate un poco más..

El arte dominicano está aún necesitado de lo qué haces. La divinidad provoca tus decires, porque son una especie de contentamiento que alcanzan las más estrictas exigencias lingüísticas. Sazonan a nuestro grupo cultural, mejora nuestra convivencia ,y en cada género abordado, salsa, bachata, merengue y las más relevantes, sus baladas.

No hay calificativo para la belleza de tu talento puesto a nuestro servicio.

También yo quiero abrazarte, pero no como ayer, si no como nunca.Y si he buscado y encontrado tu razón de proceder. Gracias por tantos aportes de calidad, Anthony Ríos.

Algunas de sus melodias:

Si usted supiera señora

Fatalidad

Jaula de oro

 

Sonia Matos
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