Súper clásico copa libertadores

Boca junior y River Plate, son los protagonistas de esa final que sin dudas pasará a la historia

Arelis Reynoso
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Trasladar a España el súper clásico Copa Libertadores fue la opción que decidió la CONMEBOL. Un conato de violencia que se desató en Argentina, hizo imposible que se jugará el partido el pasado mes de noviembre.

Boca junior y River Plate, son los protagonistas de esa final que sin dudas pasará a la historia por tantos acontecimientos que impidieron se jugará ese partido final en suelo argentino.

El ataque al autobús que transportaba el equipo Boca, por hinchas contrarios, desató las pasiones de intolerantes que no razonan a la hora de disfrutar en buena lid y sano esparcimiento.

Fue necesario que la autoridad dispersó con gases lacrimógenos a una especie de turba que pensaba se encontraba en una guerra, donde no había contrincantes. Bochornoso acto que no es usual en los deportes, pero cuando se habla del deporte de las multitudes, esos eventos pueden ocurrir.

Antecedentes

Ataque al autobús que transportaba el equipo Boca, por hinchas contrarios

Hace tres años hubo otro incidente donde los simpatizantes del Boca atacaron a los del River. Esa vez fue en el tiempo de descanso que aconteció el hecho y se utilizó gas pimienta.

Esos dos equipos son tradicionalmente un símbolo donde River Plate representa la clase pudiente y el Boca Junior a los pobres en Argentina, para explicar los motivos de esa combinación de amor y odio deportivo. Así definen la fanaticada esos dos clubes.

Lo cierto es que el equipo de seguridad no hizo su trabajo en el anillo que debió encargarse que el autobús estuviera debidamente custodiado.

El deporte desata pasiones, pero cuando se atenta contra la seguridad e integridad de los protagonistas del evento deportivo, se rompe esa mágica química.

Los Barrios del Boca y River

ESTADIO DE LA BOMBONERA
El estadio de La Bombonera, ubicado en la Boca, barrio popular, está al sur de Buenos Aires, sus habitantes son ubicados como de clase media-baja.

Calles sin pavimentar, casas a medio construir, los niños juegan descalzos el fútbol y la música se escucha a un alto volumen; es el ambiente del entorno del populoso sector.

Con todas esas características, La Boca es un sitio de atracción turística. El actual presidente de Argentina, cuando fue alcalde decretó en el año 2012 por ley que se denominará la popular barriada como Distrito de las Artes.
La combinación de pueblo y las galerías  de arte que adornan sus calles, dan un contraste interesante en sus orgullosos municipios.

El Monumental está en Núñez, barrio residencial de clase media-alta. El silencio y la pulcritud en sus calles es el común denominador del ambiente que se ve en otro extremo de la ciudad.

El monumental es el estadio más grande del país y la sede de la selección nacional. Fue sede del Mundial 1978. El club cuenta con canchas de tenis, salas de eventos y restaurantes. Esto hace difícil que se vea sus fanáticos en la calles.

Pasión Futbolística 

Como en la cotidianidad todo se mezcla, el deporte supera las barreras que se dan en ambos barrios, la política hace activismo en corrientes que buscan votantes en esas rivales comunidades de Argentina.

Una historia que data de la década de los años 30, el peronismo tuvo su momento de popularidad en esa corriente que utilizaba el recurso de estar identificados con el pueblo y las necesidades prioritarias eran el recurso perfecto para discursos populistas.

Desarrollar La Boca aparentemente no es la meta de gobernantes que hacen todo a medias en esa barriada. Daría a la impresión que mientras más ávida está la gente de que les resuelvan sus problemas mejores campañas se hacen para calar en la sensibilidad de un pueblo que quiere mejoras.

La gente que va al estadio tiene una cómoda vida y pueden disponer de adquirir boletas sin dificultades.  
De hecho el conglomerado que asiste a ver los juegos, no es precisamente representativo de las barriadas. Incluso hay un grupo de fanaticada que pasa todo el partido cantando y arengando, lo que aparenta que no les importan quien gana o pierde, es una amalgama de factores que pinta de colores ambos clubes. 

Con miles de kilómetros de por medio, habrá que esperar que reacción tendrán los hinchas cuando suene el silbato y se inicie el juego decisivo que esta vez tendrá que esperar regresar a su país con una caravana que habrá de celebrar el nuevo campeón.

Que las tarjetas rojas queden en los bolsillos y se juegue un partido intenso, con buenos goles revestido del respeto al juego que es lo único que debe primar en toda competencia deportiva.

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