sistema linfático: un escudo contra las enfermedades

Jose Luis Perez

Un complejo sistema de tejidos, vasos y órganos conforman lo que muchos conocemos como el sistema linfático. Una vía de transporte similar a la del sistema circulatorio, pero con una función muy distinta aunque igual de importante para nuestro organismo. La transportación de un líquido acuoso e incoloro, llamado linfa.

El linfa es una especie de filtrado de plasma sanguíneo proveniente de los capilares cuya composición es muy parecida a la del plasma, pero con una concentración más baja de proteínas, ya que éstas no logran atravesar los capilares con tanta facilidad, pero si contiene aminoácidos, azúcares, ácidos grasos, coenzimas, hormonas, neurotransmisores, sales minerales y productos desechados por las células e incluso restos de éstas.

Gracias al sistema linfático este cóctel acuoso es devuelto a la sangre, y con él las grasas absorbidas desde el tracto digestivo manteniendo los niveles normales de líquido en el cuerpo. Adicionalmente, el sistema linfático interviene en la respuesta inmunitaria de nuestro cuerpo al ser atacado por alguna bacterias, virus, parásitos u hongos.

Es decir, cuando nos sentimos mal a causa de una virosis que hay en el ambiente, nuestro sistema linfático sale en nuestra defensa para tratar de contraatacar y evitar la permanencia del virus en nuestro cuertpo. 

Según investigaciones beber suficiente cantidad de agua, hacer ejercicio y mantener una dieta saludable permite mantener a la linfa realizar exitosamente su tarea y a todo el sistema linfático mantenerse en forma de manera general. 

De aquí la importancia de saber algunos datos de este sistema y cómo está integrado, sobretodo si quieres vivir una vida sana y plena.

Todo comienza en la médula ósea. Ésta produce las células sanguíneas integradas por los glóbulos rojos encargados de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo;  las plaquetas, encargadas de la coagulación de la sangre; y los glóbulos blancos fieros combatientes de las infecciones.

Otros miembros de este equipo linfático son: el timo, una pequeña estructura que cumple una finalidad muy importante madurar los linfocitos; el bazo al cual muchos critican por considerar que no tiene una utilidad real, aunque sin embargo, tiene la importante labor de combatir las infecciones, controlar el nivel de glóbulos de la sangre y eliminar las células que ya no son útiles.

También participan los ganglios linfáticos que están presentes en todo el cuerpo y su objetivo principal es combatir gérmenes e infecciones y sabemos que lo están haciendo cuando dan su primer síntoma con una inflamación en algún ganglio. Este síntomas es el más llamativo pero, en ocasiones, pueden aparecer otros indicios.

 Qué pasa si funcionan mal

Algunos problemas que pueden sufrir algunas personas al funcionar mal el sistema linfático es por ejemplo, el llamado linfedema un problema habitual en aquellas mujeres que han sufrido la extirpación de un pecho a causa del cáncer de mama ya que, la linfa no puede llevar a cabo sus funciones de manera correcta, por lo que el líquido acumulado causa hinchazón.

Una adenopatía es una inflamación en un ganglio linfático que puede ser el resultado de tener bajas las defensas o tener algún virus como el sarampión o la mononucleosis.

Igualmente, la inflamación de un ganglio puede relacionarse con un tumor primario como el linfoma de Hodgkin.

Y por último, la aparición de edemas linfodinámicos y edemas linfostáticos. Los primeros se deben a problemas circulatorios y, los segundos, a fallos linfáticos por una acumulación de proteínas.

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